Santos de hoy: Santa Prisca
La Iglesia Católica recuerda a Santa Prisca o Priscila, Mártir del primer siglo de la era cristiana. Ella y su esposo Aquila prestaron muy valiosos servicios a la naciente Iglesia que Cristo fundó.
Esto consta en la carta de San Pablo a los Romanos: "Saludad a Prisca y Aquila, colaboradores míos en Cristo Jesús. Ellos expusieron sus cabezas para salvarme. Y no soy solo en agradecérselo, sino también todas las Iglesias de la gentilidad" (Romanos 16,3-4).
Proporcionaron su propia casa para el uso de la Iglesia: "Os envían muchos saludos Aquila y Prisca en el Señor, junto con la Iglesia que se reúne en su casa" (1 Corintios 16, 19).
El nombre Priscila es el diminutivo de Prisca (que viene de la lengua latina y significa "Antigua"). Ella es muy mencionada junto con su esposo en el Nuevo Testamento. Aquila era judío y posiblemente Priscila también; vivían en Roma, hasta que el emperador Claudio promulgó un decreto por el que ordenó salir de Roma a todos los judíos.
Priscila y su esposo se fueron a vivir a Corinto, en Grecia. El nombre Prisca lo utiliza San Pablo para referirse a esta santa cuando la menciona en sus cartas o epístolas, mientras que Priscila aparece en los Hechos de los Apóstoles, de San Lucas.
Estuvieron con Pablo en varios lugares, como Roma, Éfeso y Corinto, con quien anduvieron desde el año 50. En Corinto, Pablo se quedó a vivir y a trabajar con ellos, pues tenían el mismo oficio: fabricaban tiendas (Hechos 18,1-3). También Aquila y Priscila evangelizaban, pues conocían exactamente el Camino y lo exponían con precisión (Hechos 18,26).
Desde muy antiguo se le tributó culto en Roma a esta joven romana. En el siglo IX, mediante las excavaciones arqueológicas, se descubrió e identificó que estaba enterrada en Aventine con el nombre de "Priscila, mujer de Aquila, judío cristiano".
Según las Actas escritas en el siglo X y por lo tanto sin valor histórico, cuando hablan de ella, dicen que era una joven a la que llevaron al anfiteatro para la diversión de la gente. Se lanzó sobre ella un león y, en lugar de hacerla pedazos, se echó sus pies.
En vista de esta situación, la devolvieron de nuevo a la cárcel. Se dice que, cuando la mataron, un águila velaba su cuerpo hasta que la enterraron en las Catacumbas de Priscila, en donde hay en la actualidad una iglesia dedicada a su nombre desde el siglo IV.
Al respecto, lo que sí se puede afirmar con toda certeza es que existe en Roma la bella iglesia de Santa Prisca que, significando el triunfo de Cristo, se construyó sobre el santuario de Mitra, un dios falso de origen persa que era el dios sol de los paganos.
En lo que respecta al arte, los pintores la plasmaron en sus cuadros como una joven mártir con un león o dos, una espada y un águila cerca de ella. El león domado o domesticado a sus pies simboliza la caída del paganismo, al igual que la construcción de la iglesia sobre un templo pagano.
Santa Priscila es para nosotros un ejemplo claro de sacrificio por la fe en Cristo.