Santo del día: Santa Rita de Casia, Patrona de los Imposibles
Sin embargo, sus continuas oraciones y penitencias le permitieron obtener la gracia de Dios de dar a luz a una maravillosa y piadosa hija.
Desde sus primeros años, la santa demostraba constantemente su piedad y su deseo de consagrarse a la vida religiosa; su mayor gusto era dedicarse a la oración y a la caridad fraterna con el prójimo. Sin embargo, por decisión y obediencia a sus padres, Santa Rita contrajo matrimonio. El esposo de la santa resultó ser una persona de carácter difícil y sumamente violento que constantemente agredía y humillaba a Santa Rita; sin embargo, ella soportó el genio feroz de este hombre por 18 años, con la más exquisita paciencia, sin quejarse, sin recurrir a autoridades civiles para pedir sanciones y ofreciendo todo este lento martirio por la conversión de los pecadores y entre ellos, el primero, su malgeniudo esposo, y luego sus dos hijos, que también habían heredado el malgenio de su padre.
La paciencia y oración de Santa Rita dieron sus frutos, y poco antes de la muerte de su esposo, y luego de sus dos hijos, se convirtieron de corazón. Ahora ya sin esposo y sin hijos, Rita se dedicó a obras de caridad y a pasar largos ratos dedicada a la oración y a la meditación. Deseaba ser religiosa pero las comunidades de monjas le respondían que ellas solamente recibían a muchachas solteras. Ella aprovechó este intervalo de tiempo para espiritualizarse más y dedicarse con mayor esmero a socorrer a los necesitados.
Al fin las hermanas Agustinas hicieron una excepción y la aceptaron en la comunidad. Una vez admitida como religiosa se dedicó con la más estricta exactitud a cumplir todo lo que mandaban los reglamentos de la Congregación y a obedecer a sus superioras con alegría y prontitud en todo. Además, se dedicó a tender a las hermanas enfermas y a rezar por la conversión de los pecadores y obtuvo prodigios a larga distancia.
Santa Rita cayó muy enferma, falleciendo el 22 de mayo de 1457. Su cuerpo se conserva incorrupto.