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Festividad Nuestra Señora de Fátima: “Hagan lo que Él les diga”

El pasado 13 de mayo a medio día, Monseñor Héctor Cubillos Obispo de Zipaquirá celebró la Eucaristía con motivo del día de Nuestra Señora de Fátima en la Catedral…

Con gran participación de los fieles y peregrinos, los Heraldos del Evangelio, sacerdotes y diáconos en una solemne procesión al interior del templo antes de iniciar la Eucaristía, homenajearon con hermosos cantos a la Virgen y al finalizar la Misa, como signo de que Ella reine en nuestro corazón, Ciudad y País, el Señor Obispo tuvo el gesto de coronar a Nuestra Señora de Fátima. 

Monseñor Héctor Cubillos se refirió a que las apariciones de la Virgen son signos de su amor y nos recordó la responsabilidad que tenemos de extender el Reino de Dios para que haya más paz, justicia y fraternidad: “El mensaje de la Virgen pidiéndonos conversión, es lo que nuestro Señor siempre nos ha pedido convertíos…Necesitamos convertirnos para ser mejores discípulos y misioneros de Cristo y de la Iglesia, abrirnos a la gracia de la acción del  Señor y de su Espíritu, dejar el egoísmo, la violencia y todo aquello que nos impide anunciarlo, para que como la Virgen María acojamos a Cristo en nuestra vida”.

A continuación les compartimos algunos apartes de la Homilía del Obispo de Zipaquirá, nos recuerda la presencia y la figura de la Virgen María en el evangelio en esta festividad tan importante para nuestra Iglesia en el mundo:

  • Contemplamos con los ojos de la fe, esa aparición de nuestra Señora a los pastorcitos en Portugal. Hoy podemos experimentar ese vínculo que nos une a todos como hermanos en nuestra Iglesia, del amor, la misericordia y maternidad de la Virgen María.  Y en este ambiente de oración, alabanza y bendición, recordamos ese mensaje de las apariciones de la Santísima Virgen María, que nosotros podamos por la penitencia y la oración constante ser artífices y colaboradores de la extensión del Reino de Dios en el mundo.

 

  • Cuando al pie de la cruz, escucha la voz de su hijo crucificado que le pide que sea la madre del discípulo y es la misma voz que escucha San Juan, como discípulo, la entrega de nosotros a Ella, madre nuestra;   es también la manifestación en Fátima, expresión de su amor, de su corazón, de sus sufrimientos y anhelos respecto a nosotros.

 

  • Y esta presencia y relación con nosotros como madre, con todo su cariño de vernos a nosotros hijos fieles del Padre, nos hace recordar la otra escena:  “Hagan lo que Él les diga”,  nosotros queremos expresar nuestra gratitud a la Santísima Virgen y nuestra condición de hijos de ella en su hijo Jesús, la voz de María en las Bodas de Caná resuene en nuestro corazón y mente, se lo dijo a los servidores que estaban allí celebrando el matrimonio, a los discípulos, este milagro de convertir el agua en vino, un vino nuevo, exquisito, no probado por nadie antes, para indicarnos así como la Santísima Virgen nos toma de la mano, nos habla con su ejemplo y palabras para que nosotros podamos hacer lo que Jesús nos pide a nosotros.

 

  • En este ambiente de reconocimiento de la intercesión y amor de nuestra madre en este tiempo pascual:   “Yo soy el buen Pastor”… Él quiere ser pastor para nosotros y su Madre Santísima también quiere que esto sea una realidad en la vida de cada uno de nosotros, en la Iglesia y en nuestro País.

 

  • Jesús como Pastor hace las obras del Padre, El habla en nombre de su Padre del cielo, la Santísima Virgen María nos dice:  “Hagan lo que Él les diga”.  Jesús es uno con el Padre, el hace lo que Él le pide, vino al mundo para cumplir la Voluntad de Dios.  En la medida que nosotros reconozcamos a Jesús como el buen pastor y nosotros nos veamos como ovejas de su rebaño vamos a recibir ese triunfo sobre el mal, la muerte y el pecado.

 

 

  • Nos pide que creamos en El, abandono y confianza en el Señor, por eso si la Virgen pide que nosotros hagamos oración, la oración se alimenta de la escucha de la Palabra de Dios, María es el máximo ejemplo de Fe que nosotros debemos de vivir con nuestro Señor.

 

Por otro parte, el que cree en Jesús obedece a un llamado, a un camino, a un ejemplo de vida, el que obedece cree y sigue al Buen Pastor recibe la vida eterna, la vida de Dios.

 

Los que son del Buen Pastor, los discípulos podemos tener la certeza de que el Señor no nos abandona, estar protegidos de todo mal y de falsos pastores.

 

“Hagan lo que Él les diga”:  Como esos primeros cristianos difundieron, predicaron el mensaje de salvación, llamados a ser apóstoles y mensajeros del Señor, así como la Virgen visita a su prima Isabel con la alegría de esperar el Salvador, tener a Cristo como Pastor, tener a su Madre Santísima como madre nuestra.

 

Por:  Oficina Arquidiocesana de Comunicaciones, OAC – Bogotá.