El Cerro de Monserrate
Cuando Gonzalo Jiménez de Quesada escogió el sitio para fundar a Santa Fe, le llamaron la atención los dos enormes Cerros que circundaban la llanura aprovechando el misterio y la presencia majestuosa de ellos, en su cima puso dos cruces de gran tamaño; un siglo más tarde don Juan de Borja, Presidente del Nuevo Reino de granada , autorizó a don Pedro Solís de Valenzuela en 1640 la construcción de una capilla dedicada a la Virgen Morena de Montserrat, cuyo Santuario se encuentra ubicado en la provincia de Barcelona, España.
Don Pedro Solís, artífice de esta obra, quiso que no terminara allí, sabía bien que el lugar era ideal para un monasterio, que finalmente fue terminado en 1657 con ayuda de los santafereños y que años más tarde albergaría a su más ilustre huésped: el Señor Caído de Monserrate, obra del maestro santafereño Pedro de Lugo y Albarracín quien logró no sólo una hermosa imagen de impresionante valor artístico, sino que también logró reunir la fe religiosa de la ciudad.
Desde aquella época, cada día, miles de creyentes suben con devoción los escalones que llevan al Santuario en la cumbre como acto penitencial. Mientras que otros miles de turistas, deportistas o curiosos llegan a pie, en Funicular o Teleférico.
La vista que desde Monserrate se tiene de Bogotá, la fe que evocan su Santuario, sus peregrinos, sus jardines y fuentes, su gastronomía, sus bosques de niebla, sus atardeceres, sus noches estrelladas y su luna majestuosa hacen única la experiencia de visitar el Cerro de Monserrate.
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