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27-oct.-2025, lunes de la 30.ª semana del T. O.

«Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados»[...]. Jesús nunca se negó a curarlos. [...]; la curación estaba antes que la ley

Nace un nuevo día un nuevo amanecer en esta última semana de nuestro mes de octubre; es un momento para que —despiertos y renovados en el espíritu y en el corazón— podamos agradecerte por este descanso que hemos tenido durante el fin de semana; ahora la realidad nos muestra que es necesario ir a nuestra cotidianidad, contando siempre con tu ayuda. Sabemos que vamos a encontrar caminos fáciles y algunas veces difíciles. Pero tú vas a nuestro lado nos ayudas y nos animas como nos lo presenta hoy tu evangelista Lucas. 

Tú siempre has sido compasivo con los que sufren y lo fuiste también con esta mujer que llevaba sobre su espalda la enfermedad, la indiferencia que no le permitía mirarte a los ojos, pero tú hiciste este milagro por tu bondad y tu misericordia hacia esta mujer; tú le dijiste: «mujer quedas libre de tu enfermedad» y le impusiste las manos. Hoy, Señor, también nosotros estamos encorvados a causa de nuestro egoísmo nuestra indiferencia nuestra mentira y esto no nos permite verte realmente porque el peso del pecado nos hace mirar únicamente hacia el suelo, pero tú nos la ocasión de enderezarnos y mirarte para contemplar tu rostro de bondad y misericordia. Gracias, Señor, porque ahora miramos las realidades de nuestros hermanos, porque nos has quitado el peso que llevábamos en nuestras espaldas. Al inicio de nuestra semana te pedimos nos des un corazón generoso y disponible para amar y servir a nuestros hermanos. Bendícenos guárdanos y protégenos en tu amor. Nuestra madre santísima sea nuestro auxilio y protección. 

Un muy feliz y optimista. Inicio de semana. Buen y productivo lunes.

PALABRA DEL PAPA FRANCISCO 

«Al anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados» (1, 32). Si pienso en las grandes ciudades contemporáneas, me pregunto dónde están las puertas ante las cuales llevar a los enfermos para que sean curados. Jesús nunca se negó a curarlos. Nunca siguió de largo, nunca giró la cara hacia otro lado. Y cuando un padre o una madre, o incluso sencillamente personas amigas le llevaban un enfermo para que lo tocase y lo curase, no se entretenía con otras cosas; la curación estaba antes que la ley, incluso una tan sagrada como el descanso del sábado (cf. Mc 3, 1-6). Los doctores de la ley regañaban a Jesús porque curaba el día sábado, hacía el bien en sábado. Pero el amor de Jesús era dar la salud, hacer el bien: y esto va siempre en primer lugar.

Jesús manda a los discípulos a realizar su misma obra y les da el poder de curar, o sea, de acercarse a los enfermos y hacerse cargo de ellos completamente (cf. Mt 10, 1). (Papa Francisco, Audiencia general, miércoles 10 de junio de 2015).

Reflexión del Evangelio fue escrita por Paola Treviño, consagrada del Regnum Christi.

Jesús es un revolucionario. Quizá es por eso lo que me enamora cada día más de Él. Rompe la ley del Sábado, va contracorriente, dice las cosas de frente. Pero lo más importante de toda esa revolución, diría san Juan Pablo II, es la revolución del amor.

Esa revolución que pone al centro de todo, incluso de la ley, al ser humano, al otro, al amor. Jesús ante una persona enferma, no se puede contener, aunque sea sábado, es que para el amor no hay días, no hay tiempo y se echa en contra a los fariseos, crea muchos enemigos, pero para Él, la persona es lo más importante y el amor siempre vence. 

Hoy vemos a una mujer encorvada que tiene la gracia de escuchar: ‘mujer, quedas libre de tu enfermedad’. Esa joroba la había empequeñecido, le pesaba, le privaba de poder realizar con destreza su trabajo, la mantenía en constante dolor. Si nosotros tuviéramos alguna enfermedad física, y escuchamos cómo Jesús nos dice: ‘Quedas libre de tu enfermedad’. Y sí, quizá el Señor te concede el milagro de la sanación, pero si no, nos cura el alma para vivir el dolor con elegancia, para ofrecerlo, nos libra de vivir con la queja del porqué, por qué a mí y nos invita más bien a preguntarnos ¿para qué y para quién?, y ofrecerlos. Pero si gozamos de buena salud, ¿de qué joroba nos tiene que liberar hoy Jesús? 

Hoy hay que vivir con una actitud mental positiva, vivir gozosos, sabiendo que el Señor nos quita el peso de aquello que llevamos en el corazón y nos invita a vivir amando, sirviendo, sonriendo. 

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.